Después de la “carga teórica” recibida ayer durante las exposiciones no siento que se haya mermado mi capacidad creativa ante la didáctica de enseñanzas artísticas hoy en día, más bien lo contrario. Así como defiendo que cualquier educación artística debe compaginar el “saber” y el “hacer”, sin que el “saber” limite la capacidad de lectura de la actualidad, la capacidad de “hacer” tú y ahora, o sin que se enseñe de manera que coarte y condicione el “hacer”.
Sino entendido el “saber” como enriquecimiento y como cultura, porque son actuaciones, pensamientos, técnicas, referencias,… vinculadas a una sociedad o un momento concreto en ella. Y llega a despertar la curiosidad y el interés por averiguar cómo ocurre el arte y porqué en la actualidad, o si te sientes identificado con algún modo de “hacer y pensar” pasado, a qué se puede deber. No existe el “papel en blanco”, estamos cargados de conocimientos, saberes, sensaciones, intenciones, etc… Lo que debe en todo caso enriquecernos y aumentar la libertad creadora y expresiva, nunca limitarla. Que esto no es fácil de conseguir ya lo intuyo, pero si siento que iría por aquí el camino.
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